lunes, 21 de agosto de 2017
martes, 1 de agosto de 2017
ORACIÓN A JESÚS EUCARISTÍA
ORACIÓN A JESÚS EUCARISTÍA
ORACIÓN DE SAN ALFONSO Mª LIGORIO
Señor mío Jesucristo, que por amor a los hombre estás noche y día en este sacramento, lleno de piedad y de amor, esperando, llamando y recibiendo a cuantos vienen a visitarte: creo que estás presente en el sacramento del altar. Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy gracias por todas las mercedes que me has hecho, y especialmente por haberte dado tu mismo en este sacramento, por haberme concedido por mi abogada a tu amantísima Madre y haberme llamado a visitarte en este iglesia.
Adoro ahora a tu Santísimo corazón y deseo adorarlo por tres fines: el primero, en acción de gracias por este insigne beneficio; en segundo lugar, para resarcirte de todas las injurias que recibes de tus enemigos en este sacramento; y finalmente, deseando adorarte con esta visita en todos los lugares de la tierra donde estás sacramentado con menos culto y abandono.
CARDENAL PIDE A SACERDOTES ESTAR PEGADOS AL SAGRARIO PORQUE EL DEMONIO NO SE DETIENE
Cardenal pide a sacerdotes estar “pegados al Sagrario” porque el demonio no se detiene
LIMA, 01 Ago. 17 / 07:39 pm (ACI).- El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, pidió a los sacerdotes a tener el corazón despierto y “estar pegados al Sagrario”, velando siempre porque el demonio no se detiene.
El Purpurado hizo este llamado durante la Misa del encuentro de rectores de seminarios que celebró este 31 de julio en el Santuario de Santa Rosa de Lima, y en la que estuvo presente el Secretario para los Seminarios de la Congregación para el Clero, Mons. Jorge Carlos Patrón Wong, quien ha llegado desde el Vaticano para un curso de actualización con los rectores y formadores de los Seminarios en el Perú.
“¿Dónde está tu tesoro?, ¿qué ocupa tu corazón?, ¿en qué se te van los pensamientos, esas ilusiones, esos dolores, esas preocupaciones?”, les preguntó el Arzobispo.
El Cardenal dijo a los rectores de seminarios que “hay que tener el corazón despierto y para estar así tenemos que estar pegados al Sagrario, de ahí viene todo. De ese enamorarnos de Jesús viene luego esa entrega sin cansancios, sin omisiones. El que está cansado que le diga al obispo”.
“En un seminario no se puede descansar, las 24 horas hay que estar velando porque el demonio no para”, expresó.
Durante su homilía, el Purpurado también los exhortó a cuidar “la semilla de la vocación de sus seminaristas”. “En nuestras manos tenemos un tesoro bien importante, el futuro de la Iglesia en el Perú”, afirmó.
El Cardenal Cipriani explicó que “cuando estamos al frente del seminario, esa pequeña semilla que Dios ha puesto en el alma y en el corazón de los seminaristas le corresponde a cada uno de ustedes cuidarlo, hacerla crecer, regarla, acompañarla, reforzarla”.
“Hay que estar enamorados del seminario, de la Iglesia, de la diócesis, de la parroquia”, porque “el que no está enamorado empieza a traicionar”, advirtió.
El Arzobispo exhortó a los rectores a no ser funcionarios, como ha dicho el Papa Francisco, pues “los tiempos actuales tienen un gran peligro”, donde la “tibieza material adormece a todo el mundo”.
En ese sentido, los alentó a no “estar ahí como quien manda ni cumpliendo una serie de obligaciones”, sino pensar con amor “en la vocación de aquel chico que recién ha entrado”, y rezar por quienes van avanzando y madurando, “cada uno con ese tesoro de su vocación”.
martes, 18 de julio de 2017
ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Con el velo del Santísimo Sacramento
sean cubiertos mis seres queridos.
y no sean heridos, ni muertos,
ni presos, ni cautivos,
ni de sus enemigos vencidos.
por la flor en que nació,
por la cruz en que murió,
hablen y se defiendan
y ablanden los corazones
que estén en su contra.
¡Oh! Jesús sacramentado,
si enemigos ven venir,
la llaga de tu costado
siempre los ha de cubrir.
con el velo de María Santísima
sean cubiertos mis seres queridos.
y no sean heridos, ni muertos,
ni presos, ni cautivos,
ni de sus enemigos vencidos.
El poder de Dios les valga,
la fuerza de la fe,
la pureza de María Santísima,
y la castidad del señor San José.
Así sea.
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